Miles de preguntas se atorbellinan en mi cabeza. ¿Qué hacer? Le quiero más que a nada. Es mi vida.
Pero me ha hecho daño, mucho daño. No obstante, todo el mundo merece una segunda oportunidad,
¿también él?
Nunca imaginé que esto llegaría a pasar, pero es que cada vez que le miro, tengo que pestañear tan rápido que hasta me duele para no llorar. Al encontrarme con sus ojos, siento esa sensación, ese hormigueo que me hace saber que es especial.
También, percibo en sus ojos cada vez que me mira, un resto de amor, de añoranza, de cariño.
¿Serán reales?
Sé que los dos nos necesitamos, sea como sea. Pero nos necesitamos. Porque le amo, y no se si él me ama. Pero esa media sonrisilla me lo dice todo.
¿Qué hacer?
...
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