EL BESO MÁS LARGO DE LA
HISTORIA DE TODOS LOS BESOS
Se inició el 17 de mayo de 1888. Ese día el sol salió a las 6.34, el tiempo fue inestable
como el ánimo, llovió e hizo sol al mismo tiempo. Nadie supo decir con exactitud la
hora a la que esos dos jóvenes, de iniciales K.v.S.K. (ella) y D.A.P. (él), empezaron ese
beso. Hay quienes aseguran que fue por la noche, bajo la luz de una farola
cercana a la cafetería en la que estaban; otros afirman que fue bien entrada
la mañana. El beso se prolongó durante diez meses, doce días y tropecientas
horas. Pasaron por alto las inclemencias meteorológicas, la mirada fija del
gato, los relojes y los aplausos de la gente, que los animaban
como si fuera una competición deportiva. Por supuesto que el café
se les enfrió. El mundo seguía gritando sin ellos dentro y era
maravilloso. No parecía importarles su aparición en los
periódicos, ni que algunos de sus familiares se llevaran
las manos indignadas a la cabeza. Nada de eso les detuvo.
Nada por lo visto podía detener aquel beso. A las
preguntas: ¿Tuvieron agujetas? ¿Se casaron? ¿Se trataba
de una apuesta? ¿Igualaron su plusmarca en la intimidad?
La respuesta es siempre la misma: no queda constancia.
No aparecieron en el libro de los récords Guinness, cuya
primera edición data del año 1951.
Besetees!! Buen día chic@s! **
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