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jueves, 13 de marzo de 2014

Capítulo 17

Las clases pasaron lentas, pero a la vez un poco más amenas, se iba notando que al día siguiente, era viernes. El timbre de las tres menos cuarto sonó, y todos los alumnos, sobretodo los de primero salieron disparatados hacia la puerta entre bromas y risas. Cuando Andrea y sus amigas bajaron, Fernando esperaba a la primera sentado en un banco. Llegaron hasta él y la recibió con un fuerte abrazo y un bonito beso en los labios. Después la apartó un poco de los demás y le susurró algo al oído. Andrea sonrió y asintió con la cabeza. Volvieron al grupo y cada uno tomó su camino. Mark intentaba sacar conversación para que a las chicas no las cubriera la tristeza de la marcha de Lucía. Sin embargo, aunque el chico lo intentaba lo más posible, a todas se les notaba más decaídas. Como siempre, la primera casa era la de Andrea, así que ella y el polaco se desviaron y entraron. Ese día comerían solos, ya que Lisa y Manuel estaban de comida con amigos. 
Andrea dejó las llaves sobre la repisa de la entrada y fue a la cocina a calentar las lentejas que habían dejado en el microondas. Odiaba a muerte las lentejas, era lo peor que le podía preparar su madre, pero sin saber porqué se las comió enteras, con desgana eso sí. Comió sola, sin saber la causa, porque Mark se había subido a su habitación y se había encerrado allí. 
Al terminar Andrea se dirigió hacia el cuarto del chico para comprobar si estaba bien; la puerta estaba entreabierta y ella entró sin complicaciones. Lo encontró sobre la cama, tumbado, con las manos en la cabeza y... sin camiseta. Se sentó a su lado haciendo bajar un poco la colcha. 
   - ¿Qué pasa?¿no bajas a comer?
   - No tengo hambre. Ni ganas para comer.
   - ¿Y eso?
   - No lo sé Andrea, no lo sé. Mira ven, túmbate aquí.- Y le indicó que se echara a su lado, muy cerca suya. 
Ella, dejándose llevar se tumbó y miró al techo, siguiendo lo que le decía Mark.
   - Mira el techo, blanco, sin nada que contar. Sin embargo, después está el cielo lleno de cosas preciosas. Lleno de sueños, ilusiones, y de traviesos globos perdidos por niños pequeños- Andrea soltó una dulce carcajada a lo que él le respondió con una bonita sonrisa-. Siempre he querido llegar al cielo, pero también siempre he sabido que es imposible. ¿Te cuento un secreto?-preguntó, en una voz apenas audible. A lo que ella respondió con un asentimiento suave de cabeza.- Mi sueño... es viajar a la Luna, y robarle un pedazo de su superficie.
Los dos rieron y él siguió con sus explicaciones, con sus fantasías y sus sueños. Hasta que sin pensarlo... Andrea se quedó dormida sobre su pecho, acurrucada en su cuerpo, pegada a él. 
Mark la abrazó y se fundieron en un sueño, lleno de cielos, con ilusiones, con traviesos globos, con amistad y amor, con fantasía y realidad. 

Bueno, al terminar un capítulo nunca pongo nada, pero es que la entrada de hoy, es la número 100. Y es un honor para mí, compartirla con gente como vosotros, lectores y seguidores. He de daros las gracias, porque también, al fin, hemos llegado a las 3000 visitas! Con 31 seguidores, (poquitos, pero de lo mejor), sigo mi camino en este blog, siempre adelante. Os doy las gracias de corazón, por hacer que esto sea posible.
Os quiero soñadores! :3 Un besito muuuy fuerte! *-*

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