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sábado, 22 de febrero de 2014

Capítulo 15

Andrea despertó sobresaltada, olvidándose de una pesadilla horrible. Miró el reloj. Todavía eran las 4:50. Volvió a acurrucarse, intentando dormir. No obstante los minutos pasaron y pasaron, y no lo consiguió. A las 5:30, decidió levantarse. Cogió una bata color azul, se la puso y bajó sus escaleras. No se oía ni un ruido, toda la casa estaba en silencio, apagada, concorde con el ritmo de la noche. Sin saber que hacer, se tumbó en el sofá, mirando para arriba. Y sin saber cómo, se quedó dormida al instante. 
   
    - Andrea, Andrea. Despierta hija.- Alguien la estaba zarandeando suavemente. Abrió los ojos y vio a su padre con una sonrisa en la boca.- ¿Qué haces aquí?
   - Buenos días papá. Es que no podía dormir y me vine aquí. ¿Que hora es? 
   - Mmm, las ocho menos cuarto. Vete para tu habitación y vístete anda.- Al decir esto, Manuel ayudó a Andrea a incorporarse y le dio un beso en la frente. 
Ella subió despacio, deteniéndose en cada escalón. Al llegar arriba, sin poder evitarlo, se asomó a la habitación de Mark. Este, estaba manteniendo una conversación por teléfono. 
    - Silvia por favor, no te preocupes. Actuaremos con naturalidad y ya está. No tiene nada de malo que estemos juntos. Andrea es una buena persona, seguro que lo entenderá y se alegrará. Además, ella está otra vez con Fernando. 
Vale, vale. Si, en seguida nos vemos. Te quiero.
Cuando terminaron de hablar, el chico miró hacia la puerta, donde estaba Andrea. La chica intentó esconderse, pero Mark salió de la habitación y la sonrió. Andrea seguía pensando en lo bonita que era la sonrisa de él. En esos ojos penetrantes que tanto la miraban, en esos labios que nunca llegó a probar. Negó con la cabeza, sonrió también a Mark. Y se metió en su habitación para vestirse. 
Hizo su rutina de siempre, y al terminar de todo, los dos salieron a esperar a la del pelo rizado, que todavía no había llegado. Pero no tardó en hacerlo, a los dos minutos de esperar, la vieron aparecer por la acera de enfrente. Se acercó a su amiga y la abrazó, dejándose llevar por el abrazo. Un abrazo de cariño, de disculpas y de amistad. Cuando se separaron se sonrieron, y Silvia le dio un ligero piquito a Mark en los labios. Los tres caminaron, Andrea algo más cortada, pero intentando mostrar la mejor comodidad entre todos. 
Llegaron al instituto y allí estaba Fernando, que se lanzó a su chica y la agarró de la cintura besándola con mucho amor. Andrea sentía que su corazón se le saldría del pecho, por tantos sentimientos que tenía hacia aquel chico. Subieron de la mano, dejando atrás a la otra pareja, que caminaban igual que los de delante. Cada uno tomó su camino y Andrea, Silvia y Mark subieron a la clase de música, que es la que tenían a primera hora. Cuando pasaron vieron un bulto de gente rodeando la mesa de Lucía, a la que no se la veía apenas. 
Las dos chicas se acercaron, y vieron a Clara abrazando con fuerza a la rubia de ojos azules. Esta levantó la cabeza, y pudieron ver como infinitas lágrimas empañaban sus ojos, y dejaban mojadas sus mejillas. 
Algo iba mal.

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