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viernes, 24 de enero de 2014

Capítulo 12

   - Ejem... Chicos, siento interrumpir, pero...
Mark y Silvia se giraron sorprendidos, ante las miradas aún más sorprendidas de Clara, Lucía y sobre todo Andrea. El chico fue el primero en reaccionar, y se acercó a la rubia de ojos verdes con una sonrisa de lo más forzada.
   - Andrea, veo que ya estás recuperada. Ese Yeray no tiene descaro alguno, ¿verdad?
   - Pues igual que tú. Sabes, pensaba que eras un chico perfecto, diferente a la mayoría de los de mi edad. Pero ya veo que no, eres un imbécil al igual que la mayoría de tíos. Déjame, ¿vale?- Andrea estalló gritando, siendo observada por los estudiantes que pasaban por allí. Se marchó con la mirada alta, y con el corazón, una vez más, destrozado.  
Silvia corrió hasta ella. No debería haber besado al polaco, estaba loca, y era una estúpida. Había traicionado a su mejor amiga por el atractivo de un chico. Un impulso demasiado peligroso. Intentó agarrar a Andrea del brazo, pero sin suerte.  Esta corrió hacia delante y cuando iba a cruzar la puerta del instituto para marcharse a casa, alguien se lo impidió. 
   - ¡Que me dejes Mark! Que no quiero saber nada de ti, estoy harta de que siempre me hagan esto.
   - Me parece que te has equivocado de chico. - Andrea miró hacia el chico que tenía enfrente, y comprobó avergonzada que no era el polaco. 
   - Fernando, ¿qué quieres? 
   - Simplemente pedirte perdón. 
   - No te entiendo, Fernando por favor, no estoy ahora para más tristeza. Quiero irme a mi casa ya. 
   - Oye siento todo. Lo de antes de ayer, lo de ayer... Todo. No he sabido valorar a la mejor chica que he conocido en la vida, la que más feliz me ha hecho, y que tengo delante destrozada por mi culpa.
   - Yo... No estoy destrozada por tu culpa. Bueno en parte sí, porque el lunes cortaste conmigo con una nota. Pero... no es por tu culpa lo de hoy. Y... gracias por disculparte, aunque es un poco tarde. 
   - Vamos Andrea, no sabía lo que hacía. Elena me engatusó. Me hizo creer que ella era mucho mejor que tu, pero se equivocaba. Y yo también me equivoqué. Perdóname por favor.
   - Siempre ha sido fácil perdonarte, pero ahora... Sin embargo, te quiero. Muchísimo. Te amo. Pero es que...
No le dio tiempo a continuar, se vio atrapada por unos brazos que la abrazaron y la cogieron fuerte y a la vez cuidadosamente. Y unos labios la besaron con toda la dulzura del mundo, llenándola de una felicidad inmensa. 
Aquel beso terminó, y los dos se miraron con una media sonrisa. Se querían mucho mutuamente, pero cada uno por una razón no estaba seguro que querer estar juntos de nuevo. A cada uno le habían engañado, haciéndole creer algo que nunca llegaría a pasar. A ella, el chico de intercambio, la había hecho imaginar un futuro perfecto, olvidándose de Fernando, que tanto daño la había hecho. A él, Elena, una chica de su clase, le había embaucado con una cara y un cuerpo bonito; pero después se dio cuenta de que ella solo quería liarse con él, para después dejarlo tirado como a una colilla. 
Fernando se aferró a la mano de Andrea y le regaló un tierno beso en la mejilla. Después la sonrió como nunca había hecho y se marchó. Ella corrió tras él, cogió su mano y los dos caminaron como tantas otras veces de la mano, hacia la clase que tenían. Sin importarles que les pusieran un retraso por llegar tarde. 
Solo ellos dos, disfrutando de nuevo de ellos mismos, y olvidando cualquier mísero y mal engaño de los demás.

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